El carlino, también conocido como pug o doguillo, tiene su origen en China, donde era la mascota de las familias de la alta sociedad. Tras extenderse por otros países orientales, viajó a Europa, donde continuó ampliando su buena reputación como compañero de la nobleza. ¿Te gustaría saber más cosas sobre el carlino y sus cuidados? ¡Sigue leyendo!
Particularidade de la raza
Características principales
Los carlinos son una raza pequeña, de entre seis y nueve kilos. Su pelo es corto y brillante y puede ser de cuatro tonos distintos (albaricoque, negro, plata o leonado), siempre manteniendo un color uniforme. Su cuerpo tiene un aspecto compacto y musculoso, con la cabeza grande, el hocico chato y los ojos grandes y redondos. Esto, junto con su distintiva “máscara” oscura, contribuye a hacerles tan peculiares.
En lo que a su esperanza de vida, suelen vivir una media de unos trece años, por lo que tendrás la suerte de compartir una larga temporada con él y darle los mejores cuidados a tu carlino.
¿Qué les hace especiales?
Si estás buscando un perro con el que compartir diversión y momentos de relax, el carlino es una excelente elección. Estos perros se caracterizan por ser cariñosos, juguetones, curiosos y seguros de sí mismos. Les encantará jugar contigo, y siempre tratarán de encontrar un nuevo modo de hacerte reír. Pero también disfrutarán echándose largas siestas a tu lado incluso en tu regazo en el sofá, y es que les gusta mucho estar acompañados.
Cuidados específicos del carlino
Los carlinos no son una raza que necesite cuidados particularmente complejos, aunque conviene que tengas un par de cosas en cuenta:
Para mantener brillante su pelaje, bastará con que le cepilles una vez por semana. En lo que respecta a su higiene, también es importante que te asegures de limpiarle los pliegues de la cara para evitar posibles infecciones. Por último, no olvides revisar las orejas y los ojos de manera periódica.
Su alimentación debe tener una composición equilibrada, de gama alta y con croquetas adaptadas a las razas pequeñas. Esto te ayudará a evitar el sobrepeso, a cuidar sus dientes y a prevenir los gases.
Enfermedades congénitas
Un último aspecto que debes tener en cuenta para decidir si adoptar a un cachorro de carlino o si ya tienes uno y quieres saber cómo cuidarle de la mejor manera, son las posibles enfermedades congénitas que les afectan.
Encefalitis
La encefalitis es una enfermedad autoinmune y sin cura que puede desarrollar uno de cada cien cachorros hasta los dos años. Una vez pasada esa edad, es muy raro que se presente, así que es recomendable que te asegures de que sus padres son más mayores.
Espina bífida
La forma rizada de su cola se debe a que esa parte de la columna está compuesta por hemivértebras. Es decir, un trastorno caracterizado por el fallo congénito de una vértebra para desarrollarse de forma completa. Si esta anomalía se extiende al resto de la columna, tu cachorro podría padecer espina bífida.
Enfermedades respiratorias
Las razas braquicéfalas (aquellas que se caracterizan por tener un cráneo ancho y redondeado y un hocico corto y achatado), debido a la morfología de sus vías respiratorias, son propensas a desarrollar enfermedades respiratorias de diversa gravedad. Desde ronquidos hasta dificultad para tragar o asfixia.
Esto también los hace más sensibles a los cambios de temperatura. Por ello, no debes olvidarte de animarlo a hacer un ejercicio moderado para mantenerse en su peso. Asegúrate de que siempre dispone de agua fresca e intenta que permanezca alejado de las temperaturas extremas.
Y, por supuesto, ante la menor inquietud sobre los cuidados de tu carlino no dudes en consultar a tu veterinario de confianza. Te ayudará en todo lo que necesites para que tú y tu mascota podáis disfrutar al máximo juntos.