La educación de un cachorro es clave para la crianza de un perro saludable, pero sobre todo para que la convivencia con el tu nuevo compañero en casa y en la calle se desarrolle en condiciones óptimas. Es muy importante educar a un cachorro en la etapa de aprendizaje. Te contamos algunos trucos a seguir para darle lo mejor.
La importancia de los primeros meses
Efectivamente, esta etapa tiene que ver con el aprendizaje de los conceptos básicos que tu mascota naturalizará tanto en su relación con las personas, como con el resto de animales. De hecho, si se produce un trastorno cuando todavía es un cachorro en su percepción de estas asociaciones, luego te va a costar más conseguir que supere ese trauma.
En primer lugar, recuerda que vale la pena que el pequeño esté junto a su madre y al resto de la camada durante sus primeras ocho semanas de vida. Este será el punto de inflexión para traerlo a casa. Durante los primeros meses de vida los cachorros adquieren aprendizajes instintivos, junto a sus familiares, que no les podemos dar las personas.
Lo que sí podemos ir haciendo durante este tiempo es el acopio de materiales para garantizar unos buenos cuidados de nuestras mascotas. Nos referimos, por ejemplo, a los utensilios para su descanso, limpieza, juego, etcétera.
A continuación te aportamos algunos ejemplos prácticos sobre cómo educar a un cachorro de forma oportuna. Toma nota de ellos y, si necesitas ayuda, recuerda que siempre vas a poder contar con el asesoramiento de los adiestradores caninos, que están especializados en propiciar o reconducir las pautas de comportamiento de los perros.
Que aprenda a quedarse solo
Uno de los temores al dejar a un perrito solo es que cuando vuelvas a tu hogar esté todo revuelto. Y, en el peor de los casos, mordido. Para evitar estos comportamientos fruto de la ansiedad que le provoca tu ausencia, te aconsejamos que acostumbres a tu mascota a quedarse sola poco a poco. Ve aumentando sus tiempos de soledad en casa gradualmente. Comprarle juguetes ayudará a que no se estrese y sacie sus ganas de morder con ellos. Nunca ha de jugar mordiéndote la mano. Que aprenda, sobre todo, a soltar los objetos.
Que haga sus necesidades cuándo y dónde toca
En primer lugar, acostúmbralo a que reserve un lugar de casa a estos efectos. Será fundamental que su superficie difiera de la del resto de la casa. Cuando ya esté en condiciones de bajar a la calle, programa horarios y rutas que hagan que su cuerpo y su mente funcionen como un reloj para hacer sus deposiciones.
Hagamos el paseo juntos
En este sentido, no comiences con una correa demasiado larga ni flexible. Practica en casa y consigue que el animal se acople a los movimientos con los que le instruyes. Acuérdate de que la calle está llena de estímulos para él, y estará muy atento a todos ellos.
Conviértele en un miembro sano de la familia
Aplica estas atenciones a tu cachorro y crecerá en un marco de bienestar para tu familia y para él. Es importante que aprenda a afrontar con naturalidad las situaciones cotidianas y a relacionarse con normalidad. Solo así llegará a ser uno más de la familia y a vivir feliz con vosotros.