La artrosis no es solo un problema humano. Tus amigos, los perros, también la sufren y les afecta especialmente con el frío. Así que, ante los síntomas, el tratamiento que debes ofrecerle a tu perro no se diferencia mucho al que se le aplica al paciente que padece esta enfermedad crónica.
¿En qué consiste la artrosis?
Para que comprendas mejor este problema, antes debemos dar un repaso a la anatomía, ya sea humana o canina.
Entre las uniones de los huesos, es decir, las articulaciones, existen una serie de cartílagos que nos ayudan a generar movimientos suaves y sencillos, especialmente cuando somos jóvenes. Pero, con el pasar de los años, el volumen de cada cartílago va disminuyendo, debido al desgaste. Cuando esto ocurre, los movimientos se hacen más complicados, perdiéndose flexibilidad e, incluso, produciendo un dolor que cambia de intensidad entre un paciente y otro.
¿Cómo detectar este padecimiento en tu mejor amigo?
Por lo general, los perros con una determinada edad serán los que sufran esta enfermedad. Es complicado determinar el momento en que aparece, ya que puede deberse a varios factores, como es una actividad física demasiado intensa o la predisposición genética.
Afortunadamente, si estás atento al comportamiento de tu mejor amigo, quizás tengas la oportunidad de detectar esta dolencia. Algunas de las señales son:
– Rigidez al caminar. Es posible que no sea fácil de comprobar si hay o no rigidez durante el movimiento, pero te puede ayudar ver que tu mascota se muestra reacia al subir y bajar escalones.
– Menos ganas de jugar. Sabemos que nuestros perros son muy juguetones. Pero, cuando pasan los días y se muestran decaídos, nos están transmitiendo que algo en ellos no está bien.
– Te aparta su patita cuando vas a acariciarlo. Teniendo en cuenta que, generalmente, tiende a dejar que le acaricies, si llega el momento en que retira su pata reiteradamente, puede ser debido al dolor que siente en ella.
– Presenta menos apetito. Es cierto que la falta de apetito puede significar muchas cosas, pero, sumándose a lo anterior, nos estamos acercando al diagnóstico.
– Cojera. Un signo inequívoco de dolor articular o muscular.
Ante todo lo anterior, no debes esperar más para llevarlo al veterinario. Mediante pruebas radiológicas llegará al diagnóstico. Tras detectarse la artrosis, llega el momento de tratarla.
¿Cuál es el tratamiento para la artrosis?
Desgraciadamente, esta es una enfermedad que no se cura. Debido a que es crónica, lo más común es que se realice un tratamiento paliativo para el dolor, aunque, en algunos casos, el veterinario podría sugerir una intervención quirúrgica, que deberá evaluar.
Para facilitar un nivel de vida aceptable para tu perro, sigue estos consejos:
– Aplica regularmente calor sobre las articulaciones afectadas. Te servirán las bolsas de agua caliente.
– Un masaje en la zona dolorida le ayudará antes de salir a pasear, evitando cualquier esfuerzo que implique saltos o el uso de escaleras.
– Llevarle a sesiones de fisioterapia canina.
– Darle calmantes recetados por el veterinario.
Es muy importante que cuentes con un seguro, para que puedas cubrir cualquier imprevisto o el paso de la edad del perro. Piensa que la artrosis suele ser una enfermedad común.