La salud de nuestro perro es algo que nos preocupa, pues queremos que estén bien y, sobre todo, atenderles y saber qué necesitan en cada momento. Si bien es cierto que cada enfermedad produce distintos síntomas, hay una serie de indicios que nos pueden permitir ver que nuestro perro puede encontrarse mal y estar enfermo y así llevarle al veterinario lo más pronto posible.
¿Cómo sabemos que nuestro perro está enfermo?
Como decíamos, hay una serie de síntomas que se dan en la mayoría de las enfermedades. Si quieres que el dinero no sea una preocupación añadida en estos casos, lo mejor es que tengas un seguro con amplia cobertura para tu perro.
El primer síntoma claro de que algo no va bien es la inapetencia, es decir, la falta de apetito. Cuando nuestro perro no quiera comer, hay que estar atento. Esto puede ir acompañado, además, de dolores bucales, vómitos o molestias estomacales.
La sacudida de cabeza suele ser un indicador de problemas en las orejas u oídos. En este caso, el animal está molesto y trata de solucionar el problema con sacudidas de su cabeza. Nunca se debe intentar solucionar esto con métodos caseros, bien sea por infección o bien por algún tipo de cuerpo extraño. Hay que recurrir al veterinario siempre.
La detección de legañas continuadas y de enrojecimiento son síntomas de que hay que acudir a una clínica, siempre y cuando la higiene diaria del perro sea buena. Si no, las legañas son síntoma de dejadez por parte del propietario del animal. En el caso de los ojos, el parpadeo excesivo también puede ser un síntoma de enfermedad o infección ocular.
Los vómitos son inconfundiblemente un indicador de que algo no va bien. Se trata de un acto reflejo en el animal que nos dice que algo no funciona como debiera en su estómago. Si a esto se le suman fiebre, decaimiento o diarrea, hay que acudir inmediatamente al veterinario.
Por otra parte, si el perro parece contento, le daremos agua en varias tomas a lo largo del día y evitaremos la comida en 24 horas. Si, tras ese periodo, se le da la comida y la vomita de nuevo, acudiremos al profesional.
El moquillo es habitual cuando se realiza ejercicio o es invierno. Sin embargo, si deja de ser transparente y viene acompañado de estornudos y decaimiento del animal, también habrá que ir al veterinario.
Existen otros síntomas como el rascado continuo, la tos, la diarrea, los cambios al orinar o la secreción vulvar fuera del periodo de celo, que pueden suponer un motivo para acudir al veterinario.
Para cuidar de nuestro perro hay que conocer ciertos síntomas que nos indican que algo no va bien. Ante la aparición de cualquiera de ellos y la duda, lo mejor es acudir al veterinario para que la salud de nuestro amigo se recupere.